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El régimen de apartheid en Israel y la resistencia palestina.

Martin Martinelli *

Publicado: lunes, 27 febrero 2023

Entrevista a Martín Martinelli

Uno de los ejes más importantes de tu libro es el debate sobre la conformación de la identidad nacional palestina ingresando en varios debates sobre la cuestión nacional. ¿cuándo podrías ubicar históricamente el inicio de la misma? ¿Cómo se articula esto con la conformación del Estado de Israel y cómo se fue dando esta evolución según tu perspectiva?

Abordamos la conformación identitaria más contemporánea, es decir a la más relacionada con el capitalismo impreso y los procesos universales que se produjeron en esa región desde mediados del siglo XIX y principios del XX. Si bien el nombre de Palestina es de larga data, la investigación estuvo dirigida para comprender la situación de ese periodo y la manera en cómo los palestinos comenzaron a forjar su perspectiva identitaria. El sionismo, movimiento político colonialista europeo –solo que sin métropoli especifica– pregona un Estado judío, cumple un rol en ese desarrollo. Pero no es una condición imprescindible, ya que los demás futuros países de la zona no sufren esa influencia y se desarrollan igualmente como sucede con los sirios, iraquíes, egipcios o jordanos.

En el caso palestino semejante a los demás, ellos están bajo el Imperio Otomano desde 1516 a 1917-22, cuando comenzó el Mandato británico de Palestina hasta 1948. En la caída de los Otomanos influyen los británicos, que imprimen el devenir de la región, luego reemplazados por el accionar estadounidense.

La diferencia entre Israel y Palestina de los demás países constituidos en esos años, es la colonización progresiva que intentaban los sionistas de sus tierras. Luego, ese plan sionista de conquista –ellos lo denominaron con el eufemismo de “transferencia” de los palestinos– se produjo abiertamente durante la guerra de 1948, donde los palestinos fueron expulsados y se mantuvieron en campos de refugiados en los países de la región e incluso en Palestina. Eso marca una diferencia cuando se implanta el Estado de Israel con colaboración de las potencias y no surgió tal como estaba previsto un Estado Palestino. Ellos quedan bajo administración de Egipto para la Franja de Gaza y de Jordania para Jerusalén Este (Al-Quds) y Cisjordania.

Entre palestinos e israelíes se generan narrativas que contrastan, donde cada uno le vuelca su impronta a los sucesos o a los lugares en cuestión. El punto es que aparte del gobierno de turno, la cuestión palestina, y su identidad nacional también, continuaron transitando esos diferentes momentos en los cuales se mantuvo su nacionalismo frente a las dificultades económicas, la dispersión geográfica, la persecución y los intentos por borrarla del mapa y de los diccionarios.

¿Qué lugar tuvo la lucha de clases, o sea las Huelgas nacionales como la del 1936, las intifadas, etc, así como la Nakba, en esa conformación identitaria nacional?

Una vista a vuelo de pájaro de un poco más del último siglo en el lugar nos muestra las rebeliones y protestas de los palestinos como una constante. Más marcada a partir de la década de 1920 por la llegada de sionistas a sus tierras, que hace eclosión en esa gran rebelión y huelga general que dura entre 1936 y 1939 –algunos la consideran la primer intifada–, que en ese caso la frena violentamente la represión del Imperio Británica, dejando acéfalo y debilitado a su movimiento nacional. Eso lo aprovecharon los sionistas en 1948 en la Nakba (la catástrofe) –los israelíes lo denominan guerra de independencia– despojando a los palestinos de sus tierras y sus bienes. Ese momento es crucial ya que resistieron en Palestina y desde el exterior en condiciones límite.

La expansión bélica israelí de 1967 –mientras se organizaba la OLP (Organización para la Liberación de Palestina) entre 1964 y 1968– a los Altos del Golán, Siria; Cisjordania, Jerusalén Este y la Franja de Gaza; y la Península del Sinaí, Egipto, generó la situación de resistencia cotidiana de los palestinos a la opresión israelí. La OLP representó a la totalidad de ese pueblo en tres espacios geográficos: bajo ocupación en Gaza, Cisjordania y Jerusalén Este; en Israel, con ciudadanía israelí, y en la diáspora, a los residentes en Jordania, Líbano y Siria. Se trataba de la construcción cuasiestatal, cuyo movimiento se había visto disminuido, dada la coyuntura posterior a la Nakba.

Los palestinos, desde los ‘60, se reconstituyeron en lo político, paulatinamente desde el exterior hacia el interior. Por ejemplo, estableciendo un Estado casi paralelo, primero en Jordania (hasta 1970, el septiembre negro) y luego en el Líbano (hasta 1982, la invasión israelí del Líbano para atacar a la OLP). Se produjo un doble proceso: los refugiados no fueron asimilados en los países de acogida, y consolidaron su identidad, pese a su dispersión y la fragmentación geográfica.

Veinte años de nueva ocupación militar de sus territorios derivaron en la Intifada de 1987-1993. Luego se quiso detener ese tipo de iniciativas con los Acuerdos de Oslo de 1991. En la intifada de 2000-2005, la Gran Marcha del Retorno de 2018, las grandes huelgas de 2021 denotan periodos de grandes levantamientos que se alternan con diferentes formas de resistencia a veces con violencia minoritaria, y con formas de desobediencia civil, es decir no violentas. La mirada de conjunto nos permite observar cómo la resistencia palestina ha sido una constante de su historia contemporánea frente a una persecución permanente israelí.

Por esto el nacionalismo palestino es más un nacionalismo anticolonial, diaspórico e independentista que uno opresor, colonialista y aliado coimperial estadounidense como es el israelí. Reclama por los derechos humanos e inalienables de los palestinos que han sido avasallados en estas décadas.

La Primavera Árabe fue una grieta para Medio Oriente de luchas populares luego de la invasión de Estados Unidos a Afganistán e Irak. En Palestina en particular la juventud se rebeló contra la Autoridad Palestina por acusarla como “colaboracionista de Israel’’ ¿Cómo se están manifestando en las luchas de la juventud a más de 10 años de estas experiencias, tanto en resistencia armada como huelgas generales, resistencia popular?

Uno de los últimos casos en ese sentido es el movimiento en Nablus “Lions´ Den” la “Guarida de los leones”, una nueva milicia palestina. Su accionar ha generado expectativa porque trata de equipararse o resistir al control militar israelí, en una correlación de fuerzas totalmente desigual. Su mensaje podría leerse como que para los palestinos la situación sigue siendo injusta y es una forma más de protestar ante la misma. Es acompañada con diferentes formas de organización, huelgas, levantamientos que a veces se denominan intifadas o no.

Si bien podemos evidenciar errores políticos palestinos, en Oslo y hacia acá en el tiempo, no debemos soslayar en simultáneo, ni menos aún minusvalorar, la salvedad de la opresión sistemática israelí hacia el conjunto de palestinos. Existen diferencias entre los palestinos, como así también existen en otras poblaciones. La policía palestina se acrecentó de manera exponencial, y de manera hasta paradojal, se pretende que asistan al Shin Bet, algo que redunda en un perjuicio de su propia población.

¿Que diferencias estratégicas hay entre Hamas y al Fatah? ¿Qué rol le cabe a la segunda en el aislamiento de Cisjorndania? ¿Qué estrategia tienen las otras organizaciones?

Hace pocos meses, en 2022, firmaron en Argelia una declaración conjunta los diferentes movimientos palestinos, entre ellos dos, los principales, Hamas y Fatah. Allí hablaron de elecciones en un año y dos objetivos: el derecho al retorno de los refugiados y el establecimiento del Estado palestino independiente. Ambas organizaciones están buscando un acercamiento, aunque difieren en los hechos, en la manera de relacionarse y resistir a las incursiones israelíes. Esto es en parte porque son diferentes situaciones la de los colonos israelíes en Cisjordania y la forma israelí de colonización allí, y la relación por la coordinación de la seguridad. Desde la Autoridad Palestina manifestaron que esto cambiaría a partir de las más recientes matanzas de palestinos a manos israelíes en la ciudad palestina de Jenín.

Las organizaciones de base resisten a través de diferente maneras, entre ellos los jóvenes muestran un mayor descontento con la coyuntura de su pueblo. Algunos grupos mantienen una resistencia violenta como el grupo “Guarida de los Leones”, entre ellas las protestas para visibilizarse y para combatir frente a la ocupación israelí –ilegal en el derecho internacional– de sus territorios. Otros grupos consideran injusto lo tratado en los acuerdos de Oslo de hace tres décadas porque sostienen que lo acordado allí cayó en hoja muerta, como la cuestión de las fronteras, los refugiados, la condición de Jerusalén-Al Quds y el avance de las colonias ilegales israelíes. El partido más minoritario, Iniciativa Nacional Palestina, a su vez, plantea la resistencia popular a la ocupación israelí de forma no violenta y la lucha contra la corrupción en el seno de las instituciones palestina.

Lo que se puede observar recientemente es que la idea de resistencia y de unidad palestina, esto en las diferentes facciones y organizaciones, es lo que está primando, más allá de que hay que ver si esto llega a buen término. Y el otro punto es si habrá una alineación de las diferentes formas y planteos que existen para mejorar la situación de los palestinos.

¿Qué significa el régimen de Apartheid y qué vínculo tiene con la propia conformación del Estado de Israel?

El paradigma de análisis de la situación en Palestina considera como un enfrentamiento entre dos movimientos nacionales que luchan con el mismo derecho a la tierra, esa es la ortodoxia en el pensamiento occidental. Este paradigma lo sigue el Cuarteto de Paz (Naciones Unidas, EE.UU., Unión Europea y Rusia), así como los medios hegemónicos de comunicación –y dominación–. Sin embargo, es un movimiento de colonos ocupantes y un pueblo nativo. Se trata de un colonialismo de ocupación, un sistema de apartheid que garantiza la separación entre la población nativa y la etnia de los colonos.

El país surgido en 1948 comenzó con un sistema inspirado en Sudáfrica que se asemejó en varios sentidos al apartheid. La lógica de la eliminación en Palestina se implementó durante la limpieza étnica de Palestina en 1948. Esto no fue un simple resultado de la guerra sino que se trató de la culminación de una planificación del movimiento de colonos de ocupación para deshacerse de la población nativa palestina. Ese mismo año, la comunidad de colonos blancos en Sudáfrica institucionalizó el sistema de apartheid.

La definición de este sistema consta de tres puntos principales: 1- intento de mantener el dominio de un grupo sobre otro; 2- un contexto de opresión sistemática de un grupo sobre otro, y 3- un acto o actos inhumanos. De acuerdo a las investigaciones de la agrupación de Derechos Humanos Internacional “Human Right Watch” de 2021, el gobierno de Israel mantiene una dominación deliberada de la población judía israelí sobre los palestinos en todo Israel y los territorios ocupados.

Lo central de esta definición es que legitima el movimiento de Boicot Desinversión y Sanciones BDS palestino, y que el siglo pasado desgastó al régimen sudafricano, por tener una desaprobación internacional.

¿Qué lugar tiene la religión y la disputa territorial por la “Tierra Santa”?

La religión tiene un lugar simbólico y sirvió en un momento como un sentimiento identitario de los palestinos, a finales del siglo XX, lo cual se emparenta con el territorio que ellos reivindican. Pero creo que no tiene que ver con la disputa real, un colonialismo de ocupación devenido en un apartheid en simultáneo. Para los grandes medios trata de venderse como una confrontación entre judíos y musulmanes, pero hasta hace alrededor de un siglo, convivían en ese territorio musulmanes, judíos, drusos y cristianos sin mayores inconvenientes.

La cuestión comienza con la colonización progresiva y el trasvase de población europea, y la ocupación militar posterior. Entonces, si bien se trata de mostrar como una confrontación religiosa, eso es una utilización que distrae el eje del asunto. Dos cuestiones lo resumen, si se trata de un lugar sagrado para las tres religiones, pero eso no es el núcleo. La transformación más sustantiva es a finales del siglo XIX cuando un grupo de judíos comienza con la idea del nacionalismo judío, o sea que son un grupo homogéneo, un pueblo. Y además intentan reunirse en ese territorio, sin haberlo estado previamente y luego de dos mil años, entonces se gesta el mito del vínculo ininterrumpido con la tierra. Es evidente la influencia de la masacre nazi de judíos para la aceptación del establecimiento estatal como gota que rebalsó el vaso.

El otro punto es que esta región trata de mostrarse con un cierto fanatismo religioso o incluso fundamentalismo, y se estableció el cliché de que se trata de luchas religiosas, musulmanes contra judíos, o musulmanes sunníes contra chiíes. Esto puede formar una arista de la situación, sin embargo no es ni mucho menos la más relevante. Son luchas políticas, económicas y en una zona encrucijada geopolítica, neurálgica del sistema mundial.

¿Qué significado tiene la Intifada para Israel y porqué quiere evitarla sistemáticamente?

El final de la Segunda Intifada, en 2005, marcó un antes y un después. El ejército israelí busca asegurarse Cisjordania, mientras transforma la Franja de Gaza en una prisión al aire libre, con más de dos millones de palestinos, y evacúa el minúsculo grupo de colonos israelíes de allí. El resto es conocido: las incesantes invasiones y bombardeos sobre Gaza.

Israel, por un lado, pretende manipular a los palestinos para evitar otra intifada, e intenta aniquilar cualquier intento de que un Estado palestino adquiera las características principales de soberanía, o al menos ejerza un autogobierno. Y, por otro lado, busca aumentar las colonias, con lo que incrementa la presión psicológica, la quita de tierras, la demolición de hogares, la encarcelación, las invasiones periódicas a la Franja de Gaza y los puestos de control militares en Cisjordania, además del Muro de separación.

Un punto central es como más intensamente desde 2008, el sheriff mundial norteamericano pretende asegurar a Israel una “ventaja militar cualitativa” sobre todas las demás fuerzas, reales o potenciales, en la zona. Algo perceptible en las declaraciones de Netanhayu (por ejemplo ante la ONU y ante el Congreso de EE.UU., en 2015) según las cuales Israel continúa siendo una baza occidental en Asia, tal como fuese planificado en el famoso escrito de Herzl de 1896 “El Estado Judío”.

La política israelí hacia los palestinos tiene varias esferas: judaización de Jerusalén-Al-Quds, anexión de Cisjordania, bombardeos cíclicos a la Franja de Gaza. En el plano regional, además, sigue bombardeando Siria y tiene como enemigo a Irán, y busca una política de “normalización” de relaciones con países como Bahrein, Marruecos, Emiratos Árabes Unidos, después de los casos de Egipto en 1979 y Jordania en 1994.

La expansión de los asentamientos en Cisjordania y Jerusalén Este, la construcción del Muro de Separación, el aislamiento de Gaza, la escisión entre Fatah y Hamas, y la representación árabe dentro de Israel, han restado credibilidad a la Hoja de Ruta. Después de la Segunda Intifada, apareció la argumentación de los palestinos en favor de un único Estado como solución. Aquí subyacen, en cierto sentido, dos paradigmas, el argelino de una lucha contra la “ocupación”, y el sudafricano, de bregar para tener por un hombre un voto. Las soluciones de un solo Estado significarían el fin del sionismo y de su criatura en Cisjordania. Otro aspecto es la visiónU+0020apasionada de unos y otros con su propio Estado, siendo un obstáculo para una sola estructura política.

Todo este asunto está atravesado por la alianza incondicional entre los Estados Unidos e Israel. Su estrecha relación, enfatizada a partir de 1967, continúa con las diferentes administraciones. Ese elemento a considerar para analizar la situación regional como para visualizar porqué se decantan las principales cuestiones del caso palestino-israelí hacia este enclave imperialista.

* Doctor en Ciencias Sociales y Humanas y profesor de Historia en la Universidad Nacional de Luján

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