El próximo domingo el gobierno del presidente Nicolás Maduro realizará un plebiscito en Venezuela para lograr la unidad en su lucha por recuperar el Esequibo que es comparable con nuestras Islas Malvinas porque es la misma mano que meció esa cuna, el imperio británico, que continúa hoy detrás de cada guerra como responsable, que fue y es, de lo que hoy está sucediendo en el país mártir de Palestina, una de las mayores injusticias universales del siglo XX y lo que va del XXI.
La recuperación del Esequibo venezolano no sólo es importante para Venezuela sino para toda la región, como sucede con el archipiélago de las Islas Malvinas argentinas, además ocupadas por una base militar de Gran Bretaña, violando todas las normas internacionales, que ahora está en el mapa de la Organización del Atlántico Norte (OTAN;) , con lo cual se adueñan de la soberanía en el Atlántico Sur y la Antártida y de un paso estratégico como es el Canal de Beagle que une Argentina con Chile, es decir con el Pacífico.
También en el Esequibo y en Guyana que sigue siendo colonia británica encubierta, Estados Unidos pretende instalar una base militar para proteger sus intereses, es decir los intereses de la petrolera Exxon Mobil, que es la que se convertiría en dueña de una de las más grandes reservas de petróleo del mundo..
Esto sucede en momentos en que la potencia imperial ha declarado unilateralmente una guerra contrainsurgente de Baja Intensidad, o híbrida como quieran llamarla, usando términos nuevos que confunden a nuestras poblaciones, contra los países de América Latina en un plan geoestratégico de recolonización de nuestra región. Los gobiernos estadounidenses, tanto republicanos, como demócratas aplican todas las metodologías contrainsurgentes para tratar de erradicar definitivamente a los gobiernos populares que protagonizaron a principios del Siglo XXI, una extraordinaria epopeya de unidad integradora. Sin duda una integración emancipatoria, que aspiraba lograr nuestra independencia efectiva.
Cuba no estaría pasando uno de los momentos más difíciles de su historia por las más de 240 nuevas sanciones, agregadas al brutal bloqueo de más de 60 años para rendir por hambre y sufrimiento a un pueblo y su dirigencia heroicos pagando el precio de la independencia lograda con el triunfo de la Revolución a principios de 1959.
Venezuela ha resistido el embate imperial, desde la llegada al gobierno del presidente Hugo Chávez Frías en 1998. En abril de 2002 Estados Unidos y la derecha venezolana protagonizaron un golpe de Estado en ese país inaugurando otro ciclo golpista en el continente, el que por primera vez en la historia de la región fue derrotado en 48 horas.
El pueblo venezolano salió a las calles con un librito en las manos de los manifestantes, que era la nueva constitución venezolana mediante la cual se permitiría por primera vez aplicar legislación favorable a los olvidados de siempre y en defensa de los recursos naturales, entre otros importantes derechos que cambiaron la historia de ese país, apoyados además por un sector patriótico de las fuerzas armadas, que hoy conforman la defensa de esa nación. .
En los primeros años del siglo XXl la llegada de Luiz Inácio Lula da Silva, al gobierno de Brasil, en enero de 2003 luego de la Néstor Kirchner en mayo de ese mismo año en Argentina, permitió una primera reunión de los tres importantes países que logrando un consenso fueron el cimiento básico de lo que luego culminó con la Comunidad de naciones de América Latina y el Caribe a pesar de diferencias y asimetrías,
De esos momentos históricos surgiría un cambio profundo en el Mercado Común del Sur (MERCOSUR) que dejó de ser una unidad para el comercio interfronterizo a avanzar en terrenos de unidad política y cultural, entre otros nuevos diseños. En 2005 triunfaba Tabaré Vázquez del Frente Amplio de Uruguay sumándose al Mercosur. En Paraguay se produjo la caída del general Alfredo Stroessner en 1989 y con él la dictadura brutal iniciada en 1954 y fue reemplazado por el general Andrés Rodríguez también hombre clave de la dictadura que intentó dar un cariz algo democrático, un respiro ligero.
En 2005 era presidente de Paraguay Nicanor Duarte Frutos, quien acompañó las decisiones de los integrantes del Mercosur que en noviembre de ese año en Mar del Plata dijeron No al Area para el Libre Comercio de las Américas (ALCA) proyecto colonial de Estados Unidos, con el apoyo clave venezolano y de algunos otros países.
Además de este paso histórico, el discurso del anfitrión el entonces presidente argentino Néstor Kirchner, para establecer por qué se rechazaba ese proyecto en respuesta directa al entonces presidente George W. Bush, que había llegado como triunfador a esa Cumbre, forma parte de la mejor historia de nuestro continente y un hito en la memoria la de los pueblos que es necesario recuperar, como también nuestra identidad y nuestras culturas, sin lo cual seremos convertidos en la gran colonia suramericana.
Estamos comenzando un nuevo proceso de liberación, ya que son varios los países entregados por sus gobernantes y por la debilidad de muchas dirigencias políticas, pero especialmente por no haber logrado desarmar la mayor arma estratégica de las nuevas guerras coloniales, como son los monopolios mediáticos, el terrorismo aplicado mediante la desinformación y los entretenimientos, que dejamos en manos del poder hegemónico mundial, convirtiendo a una parte de la población en zoombis.
Vale recordar estos momentos para entender la importancia que tuvo y tiene para Nuestra América el pensamiento contrahegemónico del bolivarismo junto con las enseñanzas de la dialéctica del marxismo interpretado en este caso para nuestra región y para Africa, todavía bajo dominación colonial encubierta.
Esto es indispensable ante el retorno de la Doctrina Monroe impuesta por Washington en 1823 que se resumía en “América(del sur) para los americanos (del norte)” esencia colonial en todos sus términos.
Hay que ir hacia la historia del papel desempeñado por Venezuela en la unidad de América Latina y el Caribe, para entender que nunca fue un peligro para la seguridad de Estados Unidos, sino que fue un impulso para la unificación de la región, que es lo que Washington intenta impedir recurriendo a todas las estrategia imaginables, para mantener la dependencia regional.
Venezuela ha sufrido una diversidad de intentos golpistas, recrudecidos después de la muerte del comandante Hugo Chávez Frías, en 2013 incluyendo intentos de invasión al país y de magnicidio, contra Maduro y su gabinete, entre otras gravísimas acciones imperiales y sigue sosteniendo los principios del bolivarismo. Además integra el “eje del mal” junto con Cuba y Nicaragua, supuestamente “peligrosos” para la seguridad estadounidense, y también como países que “favorecen al terrorismo”, lo que Washington sabe que es una de sus tantas mentiras, repetidas una y otra vez como en los tiempos del nazismo.
En estos momentos con el genocidio que está aplicando Israel contra la Franja de Gaza, Cisjordania y Jerusalén, lo poco que queda del territorio de Palestina, nos están enviando un mensaje muy peligroso de cómo un Estado terrorista como el israelí, instala el argumento de que actúa se supone en “defensa propia” contra lo que llaman “terroristas” palestinos, que en realidad surgieron de la resistencia a la ilegal ocupación del actual invasor.
Nada justifica el bombardeo israelí además de acciones por mar y por tierra durante casi dos meses día y noche contra el pueblo y especialmente apuntando a escuelas, hospitales, ambulancias, residencias, casas, refugios de Naciones Unidas (ONU), matando sistemáticamente a casi seis mil niños y confesando los funcionarios del primer Ministro Benjamín Netanyahu, que lo hacen para evitar que “crezcan” y se transformen en una nueva ola de resistencia. Una venganza feroz al mejor estilo del nazismo, y no hay organismo internacional que pueda parar este genocidio, que está considerándose ya como un holocausto del siglo XXI
La falta de acción internacional frente a este genocidio televisado, puede ser aplicada en cualquiera de nuestros países, o en nuestra región. De hecho el bloqueo impuesto por Estados Unidos contra Venezuela, quedándose con refinerías venezolanas en ese país, un robo internacional, saqueando sus depósitos en los bancos de ese país y del mundo incluso los enviados para comprar medicamentos y el oro depositado en Londres, que fue apropiado por el gobierno británico, produjo severos daños, tratando de llevar al pueblo hacia la asfixia, como intenta lograrlo desde hace más de 60 años contra Cuba, un ejemplo de resistencia que la mayoría del mundo reconoce, exigiendo el fin de este sito medioeval.
El bloqueo a los países es otra arma estratégica que debe considerarse como un crimen de lesa humanidad, porque victimiza a los pueblos, para llevarlos hasta los límites de la sobrevivencia intentando que se arrodillen ante el imperio causando miles de muertes, especialmente de los más débiles, niños, ancianos y población en general.
Miles de dólares llegan a nuestros países, mediante las Fundaciones creadas en los tiempos del ultra conservadurismo en 1983 bajo la presidencia de Ronald Reagan como la más conocida para “la democracia” en sus siglas en inglés la NED, y la USAID, supuestamente para ayudar al desarrollo de nuestros países entre otras que han invadido nuestra región, por medio de las cuales llegan miles de dólares con lo que han logrado infiltrar las estructuras judiciales en varios países y más notablemente en Argentina.
También se han apoderado de los medios masivos de comunicación, organizaciones periodísticas que transforman al periodista en un promotor cotidiano de las falsas noticias, un mercenario de las palabras, violando la propia esencia del periodismo que es el derecho de los pueblos a recibir una información veraz y si esto no sucede no se puede llamar periodismo.
El poder hegemónico en lo económico continúa mientras que en lo político creando desde Washington coaliciones y alianzas de lo que llaman aquí la nueva derecha, que ya no es nacional, nucleada bajo nombres como Libertad, Desarrollo, por las democracia o el “humanismo”, que ahora argumentan para invadir países, o reclamando cambios que eliminen a los dirigentes más populares en nuestras naciones y también para manejar las fuerzas de seguridad y si es posible a las militares.
Esto figura en los propios documentos del imperio para el siglo XXI y ya no puede ser ignorado ni un día más. Cuba resiste con un enorme sacrificio también de sus fuerzas armadas revolucionarias. Venezuela y Nicaragua tienen fuerzas armadas patrióticas, lo que constituye otro modelo de resistencia.
En el marco de toda esa situación se conoce que el Esequibo figura en mapas del siglo XIX como parte del territorio venezolano, como Las Malvinas argentinas hasta la ocupación británica. Es un territorio con una superficie mayor a Inglaterra, Grecia o Cuba, pero lo que interesa al imperio es, entre otras riquezas una de las mayores reservas de petróleo, que la Exxon Móbil no puede dejar escapar.
Es un momento clave para toda América Latina, sometida a una guerra contrainsurgente, que afecta a todas las naciones, pero con constantes alzamientos populares, que cada día crecen en la región. Panamá país invadido por Estados Unidos en diciembre de 1989 ha dado un ejemplo al mundo al rebelarse contra una minera, que estaba destruyendo la vida de los pueblos y una buena parte de ese territorio.
Un mes llevaba el pueblo panameño en las calles, agitando su bandera, como lo hizo contra la ocupación colonial durante años, hasta lograr en este 28 de noviembre de 2023 cuando está conmemorando sus 202 años de independencia de España que la Corte Suprema de Justicia constituída por nueve magistrados falló en contra del contrato de explotación de la mina Cobre Panamá con la empresa canadiense First Quantum Minerals, declarando inconstitucional la ley 406, que contiene el polémico contrato y que fue aprobada el pasado 20 de octubre por el Parlamento y el Ejecutivo.
El capitalismo salvaje en decadencia irreversible trata de mantener bajo un control absoluto sobre Nuestra América y su gran reserva de recursos naturales, en un territorio que como nunca hoy consideran el patio trasero de la potencia imperial, y que ahora enfrenta otras potencias como China, que han surgido equilibrando al mundo y comenzando con un Nuevo Orden Internacional, que producirá profundos cambios en la humanidad.
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