El domingo pasado se llevaron a cabo las elecciones generales en Paraguay, la fórmula presidencial Santiago Peña – Pedro Alliana de la Asociación Nacional Republicana (ANR), más conocido como el Partido Colorado, obtuvo la victoria con el 42.74% de los votos.

El electo nuevo presidente representa la continuidad del Partido Colorado en el poder, hegemonía de gobierno que mantienen desde 1945, con la salvedad del período 2008-2012 cuando gobernó Fernando Lugo.

La Concertación por un Nuevo Paraguay, agrupación que unía a distintas fuerzas de la oposición con la candidatura de Efraín Alegre del Partido Liberal, en su tercer intento de llegar a la presidencia, esperaba un mejor resultado pero quedó en segundo lugar con el 27,48% de los votos.

La sorpresa de la elección fue el tercer lugar para el candidato de extrema derecha, Payo Cubas que obtuvo el 22,92% de los votos.

La aparición de Cubas en el escenario político rompió con la expectativa de la Concertación de polarizar con Peña y aglutinar el voto opositor. Algunas encuestas previas marcaban un escenario de empate técnico en donde Alegre tenía ciertas chances, aunque otras encuestas preveían una diferencia de 10 puntos porcentuales a favor de Peña.

La derrota en la elección golpeó fuerte en el Partido Liberal, dirigentes de base del partido piden la renuncia de Alegre. Pero además el clima de derrota también se plasma en las gobernaciones y en el Senado. El Partido Liberal sólo ganó 2 gobernaciones (en Itapúa y Central) de los 17 departamentos, perdió bancas en el Senado quedando sólo con 12 y con 21 en Diputados.

Sin embargo, tampoco la dispersión de la oposición benefició del todo a Peña ya que más del 55% del electorado votó por un cambio en alguna de las opciones no coloradas.

El desafío que se abre para Peña es gobernar entre las distintas pujas con la oposición y sobre todo, al interior de su partido, con Horacio Cartes como el hombre más fuerte e influyente del país pero que está siendo investigado por el Departamento de Estado de EEUU y ya fue señalado como “significativamente corrupto”.

En cuanto al Congreso, el Partido Colorado obtuvo mayoría en ambas cámaras. En el Senado obtuvo el 43% de los votos lo que implica que obtendrá 23 bancas. Mientras que el sector político de Payo Cubas debuta en el Senado con 5 lugares y el Frente Guasú, el partido político del ex presidente Lugo, obtuvo un mal resultado perdiendo 6 bancas en el senado y se quedará solo con 1 que será ocupada por la senadora reelecta Esperanza Martinez.

La victoria de los colorados en las gobernaciones fue contundente, ganaron 15 de las 17 jurisdicciones.

Desde la oposición salieron a cuestionar los resultados. Los candidatos que quedaron en segundo y tercer lugar, Alegre y Cubas, solicitaron una auditoría del software contratado para los comicios, también pidieron el recuento manual del 10% de los votos y la presencia de observadores internacionales.

Al mismo tiempo, manifestantes salieron a protestar en contra del supuesto fraude en las afueras del Tribunal Superior de Justicia Electoral (TSJE), en Asunción. Cubas incitó a los manifestantes a expresarse contra lo que él cree que fue un fraude. Hubo también manifestaciones en Ciudad del Este y Coronel Oviedo.

A través de su cuenta de Twitter, Efraín Alegre manifestó: “Ante las numerosas denuncias presentadas con relación a las elecciones de ayer exigimos al TSJE que de inmediato se realice el cómputo manual del 10 por ciento de las mesas elegidas aleatoriamente en cada colegio electoral de todo el país”.Además, Alegre pidió que se abra el llamado “Sobre 4” que contiene las papeletas de votación, es decir, los boletines de voto utilizados que indican los votos válidos, los votos nulos y los en blanco. “Controlar es transparencia y lo que estamos buscando es eso, que toda la gente efectivamente vea el resultado electoral de una manera transparente” agregó.