Este año hay elecciones generales en Paraguay. El domingo 30 de abril se elegirá presidente y vicepresidente, 45 senadores y  30 suplentes, 80 diputados y 80 suplentes, 17 gobernadores y 17 juntas departamentales. No hay segunda vuelta por lo que quien obtenga el mayor número de votos será ganador.

En total hay 13 candidaturas para la presidencia pero 2 atraen el mayor número de intención de votos. Se trata de Santiago Peña, candidato del Partido Colorado y Efraín Alegre, candidato de la Concertación.

La elección parece tender a una polarización entre Peña y Alegre. De cierta manera es una actualización del histórico bipartidismo entre el Partido Colorado y el Partido Liberal.

Tras la Guerra contra la Triple Alianza, a fines de 1880 se conformaron los dos partidos más importantes del país, el Colorado y el Liberal. Si bien se habla de bipartidismo, este fue más bien asimétrico ya que el Partido Colorado mantuvo la hegemonía durante bastante tiempo, y de cierta manera, aún la mantiene.

En esta oportunidad, el Partido Liberal aparece dentro de una concertación, figura política nueva en Paraguay, que rompe con la tradición bipartidista. Ya antes, en 2008, Fernando Lugo, había ganado la elección presidencial saliéndose de ese bipartidismo a través de una alianza electoral.

La Concertación por un Nuevo Paraguay es una agrupación que une a la oposición, un acuerdo multipartidario entre 23 partidos y 2 movimientos del Partido Colorado opositores. Lo integran el Partido Liberal, el Frente Guasu-Ñemongeta la agrupación política del expresidente Lugo, el Partido Encuentro Nacional, la agrupación conservadora Patria Querida y el Movimiento Despertar que agrupa a candidatos independientes.

Entre el Partido Colorado y el Liberal se reparten más del 80% de los votantes. Es decir, la mayor parte del electorado está afiliado a alguno de los dos partidos. Puntualmente, 54% del padrón está afiliado al Partido Colorado y el 32% del padrón electoral al Partido Liberal.

Si analizamos lo que sucedió en las elecciones internas, en diciembre pasado, la Concertación Nacional superó el número habitual de participación del Partido Liberal, logrando cerca de 600 mil votos. Por su parte, el Partido Colorado, logró atraer un poco más de un millón de votos.

Por primera vez, se permitió la realización de internas con el padrón electoral oficial nacional pero quedaba a opción de cada partido. El Partido Colorado utilizó su padrón de afiliados para dirimir su interna y la Concertación Nacional utilizó el padrón nacional por lo que pudieron participar de la interna tanto afiliados como no afiliados. Se estima que 150 mil no afiliados votaron en la interna de la Concertación.

Si bien en cantidad de votos los colorados obtuvieron más, el número al que llegó el Partido Colorado en la interna parece ser su techo ya que en las elecciones del 2018 ganaron con esa misma cantidad, lo que hace difícil pensar en un mayor crecimiento en el caudal de votos para abril. En cambio, la Concertación Nacional se muestra optimista al pensar que lo obtenido en las internas sería su base y que aún puede atraer a colorados desencantados del cartismo y a un 15% que según las encuestas están indecisos.

La campaña de la Concertación se ha centrado en seducir a colorados descontentos con Cartes.

Horacio Cartes es una figura polémica, es empresario y fue presidente entre 2013 y 2018. Actualmente está siendo investigado por el Departamento de Estado de EEUU por contrabando y lavado de dinero. De hecho, se cree que EEUU podría pedir su extradición.

No obstante, las graves acusaciones contra el ex presidente parecen no haber impactado en la campaña. El candidato de Cartes, Santiago Peña, ganó la interna en el Partido Colorado y el propio Cartes le ganó la presidencia del partido al actual presidente Abdo Benítez.

La interna de los colorados fue una pelea dura, los candidatos se tiraron con todo, centralmente, Arnoldo Wiens, el candidato del abdismo, acusó a la línea cartista del partido de querer ganar para buscar impunidad en los procesos judiciales.

Lo cierto es que el cartismo ha aumentado su influencia en la justicia en los últimos años. En 2020 logró quedarse con la presidencia de la Corte Suprema, a través de César Diesel, quien, incluso, ingresó con apoyo de los abdistas. También controla la Fiscalía General del Estado, a través de Sandra Quiñónez, aliada del cartismo que asumió el cargo durante la presidencia de Cartes.

En cada elección suele haber una gran disputa entre los colorados. La interna del Partido Colorado genera un enfrentamiento entre facciones, en este caso entre los abdistas y los cartistas, pero concluye apenas designado el candidato y las partes, antes rivales, se unen para ganar la elección. Ahora bien, es sabido que, una vez ganada la elección el conflicto interno revive.

Así y todo, el Partido Colorado mantiene su apoyo y se posiciona primero en intención de votos.

El escenario es complejo para el progresismo ya que, por un lado, el Frente Guasu se presenta dividido en las elecciones. Parte del Frente apoya a la Concertación, con el Partido Liberal, y otra parte integra la fórmula presidencial del ex canciller Euclides Acevedo que lleva como candidato a vice al senador del Frente Guasu Jorge Querey.

Por otro lado, el escenario es complejo porque es el tercer intento de Efraín Alegre de llegar a la presidencia. El primero fue representando al Partido Liberal en las elecciones del 2013 en las que fue derrotado por Cartes, quien obtuvo el 45,68% de los votos frente a un 37,11% de Alegre. El segundo intento fue en 2018, en esa oportunidad Alegre, junto con la Alianza Ganar (Gran Alianza Nacional Renovada) pudo reducir la diferencia de votos obteniendo un 43,04% pero no fue suficiente para quedarse con la presidencia, con una diferencia del 3,7% -algo así como 96.000 votos- se impuso Mario Abdo Benítez del Partido Colorado.

En esta elección parece aún más difícil disputar la hegemonía colorada porque lo que caracteriza al escenario es el voto conservador. La campaña de la oposición pasa, en gran medida, en seducir al votante de derecha y no se escuchan grandes propuestas de cambio.

En el Frente Guasu hacían una autocrítica, la candidata a senadora Esperanza Martinez señaló que con Lugo ganaron el gobierno pero no pudieron transformar las instituciones y crear “mecanismos de gobernabilidad política que permitan articular con todos los sectores aliados estratégicos”. De hecho el golpe parlamentario contra Lugo fue propiciado por sectores que integraron esa alianza en su momento.

En cuanto a las gobernaciones y a las legislativas, la Concertación no presenta candidatos/as sino que las distintas fuerzas políticas que la integran presentan sus candidaturas independientes.

En el Partido Colorado encabeza la lista a senadores Silvio “Beto” Ovelar y la de diputados Derlis Maidan, ambos buscan su reelección. En el Partido Liberal encabeza la de senadores Enrique Salyn Buzarquis y la de diputados Sergio Rojas. En el Frente Guasu encabeza la lista de senadores el expresidente Fernando Lugo quien se encuentra recuperándose de un ACV en Argentina.

En total un 62% de los senadores están en búsqueda de su reelección y hay 14 diputados que buscan ocupar una banca en el senado. Es decir, que tampoco se esperan grandes cambios en cuanto a la composición de quienes ocupan esas bancas.

Todo apunta a una elección en donde la derecha será la protagonista.