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Rusia, una fortaleza sitiada

Guadi Calvo *

Publicado: martes, 16 abril 2024

Occidente insiste, en dar por cierta e imponer, la teoría, a esta altura ya certeza, que el ataque del pasado viernes veintidós, contra el Centro Comercial de Crocus, fue obra de un comando del Daesh Willat Khorasan. La khatiba, terrorista que desde 2015, trasportada desde Siria, por la CIA, según la inteligencia iraní, al norte de Afganistán, para generar foco de oposición al talibán, dentro del contexto fundamentalista. Desde entonces, hasta a la actualidad, la Willat, concentró sus acciones exclusivamente contra las formaciones del talibán, entonces en guerra con el invasor norteamericano, y a partir de agosto del 2021, lo sigue haciendo contra el gobierno de los mullah, instalado en Kabul, después de su victoria.

Aunque para Moscú, a medida que el humo y el polvo, se disipan de las ruinas del Crocus City Hall, parece confirmar la primera teoría, que a todos les surgió apenas conocido el ataque, que señalaba a Ucrania, como el principal sospechoso. (Ver: Ucrania: El laberinto de Crocus.)

Más allá, de que el propio Daesh, haya reconocido su responsabilidad, ya sabemos que es una táctica constante hacerse cargo de cualquier operación, más allá de ser o no responsables, para usufructuar la publicidad, que le pueda bridar cualquier ataque exitoso y mucho más en una operación de semejante envergadura, como la de Crocus, con la que consiguen atraer a sus filas nuevos reclutas y más financiadores, claro.

Si bien es cierto que a principios de marzo el Servicio Federal de Seguridad (FSB sus siglas en inglés) frustró un ataque contra una sinagoga en la región de Kaluga, de próxima a Moscú, presumiblemente de elemento kazajos vinculados a la Willat, y la embajada estadounidense en Rusia, habían advertido a sus ciudadanos, sobre la inminencia de un ataque de magnitud en la capital rusa, sin explicar el origen de dicha información, es claro que los servicios norteamericanos han estado trabajando muy fuerte, por lo menos en Moscú. Por lo que no es descabellado sospechar que, desde ese mismo lugar, o uno muy próximo, haya salido la cobertura a los terroristas del viernes.

La primera sospecha fue considerar, que, si bien habrían operado muyahidines, pudieron hacerlo a cuenta y orden de una “potencia extranjera”, que financió el ataque y aportó la inteligencia para ejecutarlo.

Los exhaustivos, interrogatorios a los que están siendo sometidos los once detenidos, en horas posteriores a la masacre, pueden incluso, no aportar mayor información, ya que en la mayoría estos grupos actúan de manera compartimentada y reciben órdenes por alguna vía electrónica de alguien al que no conocen.

En su momento, no dejó de extrañar, que los terroristas, no se hayan martirizado, utilizando chalecos explosivos, granadas o los famosos, artefactos explosivos improvisados o IDE, por sus siglas en inglés, relativamente sencillos de fabricar, ya que es una materia básica, en todos los manuales del “buen terrorista”, para lo que contaron con tiempo suficiente para su fabricación. Por otro lado, no se entiende, que, sabiendo, según su plan, han dejado pasar la oportunidad, de ocasionar muchas más víctimas mortales que las 137, que hasta ahora se han producido, pudiendo haber generado muchas más, teniendo en un salón cerrado, a más de seis mil personas, el doble del total de los muertos en los ataques a las torres de Nueva York. Lo que hace suponer que los “muyahidines” pensaban más en el escape, que, en generar el mayor daño posible, como es el estilo de estos grupos y por ningún momento les pasó por la cabeza inmolarse.

Según la inteligencia rusa, y muchos analistas, ha sido el GUR (Dirección Principal de Inteligencia del Ministerio de Defensa de Ucrania) quien organizó y financio el atentado. Si bien ha sido entrenada por la CIA, la inteligencia ucraniana sigue siendo un torpe remedo a sus maestros. Ya que ha cometido una serie de importantes errores, al intentar dar verisimilitud al ataque “yihadista”.

Las especulaciones han ido en un brusco in crescendo, desde el mismo viernes. Lo que sigue convirtiéndolo en el principal sospechoso.

El GUR, es verdad que en muchas operaciones se ha asociado a terroristas “islámicos”, en su “amistad”, cimentada durante los primeros meses de la Operación Especial rusa en Ucrania, cuando cientos de sus milicianos, bien pagados, llegarían a sus territorios a luchar contra el ejército ruso.

Se cree que esta “hermandad”, fue responsable del asesinato en agosto del 2022, de la periodista Darya Dugina, hija de Alexander Dugin, uno de los más importantes intelectuales rusos, que han acompañado desde siempre las políticas del presidente Vladimir Putin. Además, el GUR, fue responsable del ataque, con un camión bomba, en el puente de Crimea, en julio del año pasado; y del atentado, en abril de 2023, que costó la vida de Vladlen Tatarsky, un popular bloguero, pro Putin, cuando se encontraba en un café universitario de la ciudad de San Petersburgo, en el atentado además hirieron a más de cuarenta personas.

El GUR, también opera junto al grupo terrorista como el Cuerpo de Voluntarios Rusos, ultraderechistas perseguidos por la justicia rusa, con vinculaciones con el Daesh y también extremistas tártaros de Crimea y los pocos sobrevivientes de los grupos neonazis nativos, exterminados por el ejército ruso.

Mano de obra extranjera

Se conoció que los cuatro detenidos, en la región de Bryansk, a 390 kilómetros al suroeste de Moscú y a unos 120 de la frontera de Ucrania, a las pocas horas de los hechos, cuando se dirigían en auto hacia la frontera ucraniana, son de origen tayiko.

Al parecer no fue necesario presionarlos demasiado, para que confesaran, que habían sido reclutados desde un canal radical de Telegram, un mes atrás, para perpetrar la acción criminal.

Si bien los cuatro sujetos, ya habían sido detectados como radicales islamistas, no tenían vínculos con la Willat. Para llevar a cabo el ataque, utilizaron armamento que estaba escondido en un lugar determinado. El pago fue de unos cinco mil dólares, que se habría realizado vía tarjeta de débito.

Se estima que se han reclutado nacionales de tayikos, por los resabios que han quedado contra Rusia, tras la guerra civil (1992-1997) de la Oposición Tayika Unida (OTU) una alianza entre nacionalistas e islamistas, apoyados por el Pentágono, contra las fuerzas gubernamentales del presidente Emomali Rahmon, apoyado por Moscú, Uzbekistán y Kirguistán. 

Otros de los factores que decidió al GUR, a elegir ciudadanos tayikos, es que estos no necesitan visa para ingresar a territorio ruso, por lo que se pueden movilizar con suma facilidad en ese territorio.

Según la inteligencia rusa, si estos terroristas hubieran llegado a cruzar la frontera ucraniana, agentes de la GUR, estaban esperándolos para ejecutarlos y hacer desaparecer sus cuerpos, para eliminar cualquier prueba que pudiera incriminar a Kiev con el atentado.

Ahora la prensa internacional concentra su mirada, y se espanta, por los notorios magullones, que muestran en sus caras los cuatro detenidos, cuando fueron presentados públicamente en un tribunal de Moscú, ante el mundo entero, sin intentar disimular en nada, los rastros de los castigos a los que fueron sometidos.

Sí, bien debemos coincidir que los cuatro terroristas: Dalerdzhon Mirzoyev, Saidakrami Rachabalizodu, Shamsidin Fariduni y Muhammadsobir Fayzov, han sido fuertemente castigados por las autoridades, al momento de su detención: ¿Abuso policial? ¿Violación a los derechos humanos? Si es cierto y no se justifica.

Pero también, y sin ánimo de disimular nada, tenemos que reconocer que los cuatro tayikos, lucen casi rebosantes de salud y bienestar, si se los contrasta, solo por poner un ejemplo, de los miles que existen, con los 137 muertos de Crocus, los más de cincuenta mil civiles asesinados en Palestina, entre ellos unos once mil menores, y con un poco más de dignidad que los presos de Abu Ghraib. Crímenes por los que occidente jamás se ha hecho, ni se hará cargo, ya que, de cada guerra, ha hecho una guerra sucia.

Sabemos que Rusia, está bajo fuego, y no solo en Ucrania, que sus enemigos son muchos y poderosos, que cada día está en juego su propia existencia como nación, el viejo imperio de los zares en una fortaleza sitiada, por lo que como ha dicho Ignacio de Loyola: “En una fortaleza sitiada, cualquier disidencia es traición” y así se debe pagar.

* Escritor, Analista Internacional: especializado en África, Medio Oriente y Asia Central. Nuestro periodista especializado en tierras raras...

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